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HISTORIA DE UN BESO.


MURAL DE DIMITRI VRUBEL.

Seguro que casi todos al ver esta imagen sabéis donde se encuentra, por algo es el mural más conocido de todos cuantos se pintaron en Berlín tras la caída del muro en 1989. Forma parte de un museo al aire libre de 1,3 km de largo en el que 103 artistas pintaron otras tantas obras en la parte este del antiguo muro que separó la ciudad y a sus habitantes. Es la denominada East Side Gallery.

Es el realismo de esta obra y sobre todo la temática lo que la hace destacar sobre las demás, dos ancianos dándose un beso de tornillo es algo que llama la atención ¿no? Siempre pensé que era un montaje parodiando la unidad de Berlín y de Alemania con dos de sus dirigentes del momento enrollados como si de dos adolescentes se tratara, paro estaba equivocado. ¿cual es la verdad que se esconde detrás de este beso?

En un viaje a la capital de Alemania mientras conocía la ciudad estaba, como siempre hago, buscando cosas interesantes para luego escribirlas o simplemente para saciar mi curiosidad. La segunda guerra mundial y la guerra fría siempre han sido temas que me han llamado la atención y Berlín está llena de recuerdos de esa época. Llevaba un par de temas escogidos para investigar sobre ellos cuando en una visita a la galería del antiguo muro vi el mural del beso, un mural que había visto innumerables veces aunque nunca in situ. La verdad que nada más verlo me llamó la atención a pesar de lo difícil que era observarlo de cerca y sobre todo sacar una foto "lImpia" por la cantidad de turistas que se encontraban allí en ese momento desafiando la copiosa nevada y el frío intenso.

Lo primero que hice nada más estar a resguardo fue buscar algo de información de la obra que Dimitri Vrubel y la verdad es que lo que descubrí me sorprendió bastante.....................

Al finalizar la II Guerra Mundial como todos sabéis Alemania sufrió una derrota a manos de los aliados, aunque en realidad la derrota fue de todos, con millones de muertos y países arrasados. La diferencia es que los ganadores se repartirían el botín de guerra mientras que los perdedores agacharían la cabeza. Fue en la conferencia de Postdam donde los vencedores comenzaron a hacer dicho reparto y Alemania quedó dividida en cuatro partes, cuatro porciones que gestionarían rusos , estadounidenses, franceses e ingleses. Desde ese mismo momento comenzaron las tensiones entre la U.R.S.S. y U.S.A. que más tarde desembocaría en la llamada guerra fría. Las nuevas fronteras nunca volverían a ser las mismas que antes de la guerra, Alemania perdería territorios en Polonia, Checoslovaquia y también Kaliningrado, este último a favor de los soviéticos. Se convertiría el país germano en el primer campo de batalla de la guerra encubierta entre soviéticos y americanos.

Los aliados se apresuraron a formar un país en la parte que gestionaban y así en el año 1949 nacía la República Federal Alemana, los soviéticos por su parte crearon la República Democrática Alemana con un régimen comunista, una nación y dos países, dividiendo familias y territorios no solo geográficamente, si no también políticamente, pues esas dos zonas avanzarían hacia el futuro en dos sistemas contrapuestos como son el comunismo y el capitalismo. ¿ Podría salir algo mal? seguramente si.

Al caminar por Berlín es indispensable, a mi forma de ver, hacerse con un buen plano que te sitúe para saber por la zona donde te mueves y sobre todo para enterarte de por donde transcurría al famoso muro, que aunque hoy en día no se puede ver físicamente se puede intuir por una traza de adoquines o marcas que transcurren por donde la mole de hormigón dividía en dos la ciudad. Es esta una capital que no se caracteriza por tener grandes monumentos pues como comprenderéis después de años de bombardeos quedó en su mayoría reducida a escombros, pero tiene un encanto que pocas ciudades europeas poseen.

Ya todos conocemos que el país quedó dividido en dos, pero ¿que pasó con su capital? pues un tanto de lo mismo. Dividida inicialmente en cuatro para luego quedar en dos trozos, con la particularidad que que Berlín era una isla en la parte soviética separada físicamente de la otra Alemania.

El agravamiento de las relaciones entre americanos y rusos hacía que los dos países nuevos, se fueran separando más y más. El bloque aliado comenzó a reconstruir su parte y crearon una nueva moneda, cosa que la otra parte tomó como una afrenta y se decidió a crear otra y a bloquear las vías de abastecimiento de la capital occidental pues debían pasar estas por territorio de la Alemania soviética. La respuesta de U.S.A. fue crear un puente aéreo que fue un hito para la época, 900 vuelos diarios llegarían a Berlín occidental en el año siguiente al bloqueo.

Tenemos por lo tanto un lado occidental, con mucho más desarrollo por las inversiones del plan Marshall que se reconstruía y crecía económicamente, y un lado oriental sin inversiones y con una deuda de guerra que los Soviéticos se negaban a condonar. Como no podía ser de otra manera los alemanes empezaron a migrar a la parte más próspera escapando por la frontera de la R.D.A a la R.F.A y en la isla de la capital pasando de un lado pobre a uno más rico con las tiendas llenas de alimentos y todo tipo de productos. Hasta ese momento el movimiento de ciudadanos entre una zona y otra por motivos de trabajo u otros estaba más o menos permitida.

Fue el 13 de agosto de 1961 cuando la Unión Soviética levantó de la noche a la mañana los 155 km de muro que separó un Berlín del otro, en una sola noche se realizó una obra que impedía la fuga de gente y separaba, ahora si, físicamente a los berlineses. En los años posteriores se fue consolidando el muro reemplazando la tela metálica por una pared doble de hormigón que en realidad era un circulo donde quedarían encerrados en medio de otro país millones de ciudadanos de la Berlín occidental hasta su caída en 1989.

La primera sorpresa que me llevé al buscar información del famoso beso fue que realmente existió, ¿ pero si no era una parodia quienes eran los dos tortolitos que se besaban de manera tan efusiva?

IMAGEN EN LA QUE SE INSPIRA EL MURAL DE LA EAST SIDE GALERY DE BERLÍN. (REGIS BOSSU)

La guerra fría fue a peor en los años siguientes, y no era un país ni una ciudad los que estaban divididos, era el mundo entero. Una parte de países se alineaban con el eje soviético en regímenes comunistas o socialistas y la otra mitad con los americanos en regímenes capitalistas, una carrera por armarse con armas cada vez más destructivas y colocarlas lo más cerca del enemigo posible se estaba dando en todo el planeta. Comenzaron numerosas guerras en diversos países para obtener el control de territorios, en realidad era una guerra encubierta entre las dos grandes potencias en una tierra que no era la suya. El telón de acero se levantó en Europa, una frontera física y sobre todo ideológica entre los dos bloques que también dividía la vieja Europa.

Los países del eje soviético dependían en gran medida de la ayuda de la U.R.S.S para controlar esas fronteras y sus políticas y para perpetuar el régimen ante posibles revueltas internas, y aquí aparece el primer protagonista del beso, Leónidas Breznev, presidente del Politburó ruso y autor de la doctrina que llevaba su nombre. La doctrina breznev venía a decir que lo que ocurriera en un país socialista era problema también de la Unión Soviética, legitimando la invasión de los territorios en conflicto por parte del ejercito rojo para controlar fronteras y sobre todo sofocar revueltas como la de Praga, Hungría o Polonia.

En este marco Leónidas Breznev viajó a Berlín en el año 1979 con motivo de la celebración del 30 aniversario de la R.D.A y a reunirse con su homólogo alemán Erich Honecker, presidente de Alemania oriental y el segundo protagonista del apasionado ósculo. El señor Honecker le pidió a la madre Rusia apoyo económico para su país ya que la situación se estaba poniendo complicada con una población cada vez más cansada de la pobreza comparándose sobre todo con la otra Alemania. Sellaron el acuerdo con ese genial beso (parte del protocolo Soviético) como si de dos enamorados se tratara, amor que más adelante se demostró que no era eterno.

Transcurrieron diez años y un nuevo líder soviético entró en escena, un nuevo viaje a Berlín y un nuevo beso, esta vez los protagonistas eran Mijaíl Gorvachov y de nuevo nuestro amigo Erich. El señor Honecker quería ganarse los favores de Gorvachov pero realmente este último no traía muy buenas noticias, la Unión Soviética languidecía y como fue sabido años después Mijaíl le pidió a Honecker que abriera el muro a lo cual este se negó. Tan solo dos años después por la presión popular y por la falta de apoyo de Rusia a los estados satélites de la U.R.S.S. debido a las nueva política económica, la Perestroika, el muro cayó y no cayó solo, lo hizo todo el telón de acero y La Unión Soviética con grandes problemas para mantener unidas sus propias repúblicas se retiró de aquella carrera armamentística sin sentido para estabilizar su territorio y empezar una nueva era. Un impero se desvanecía y comenzaba el fin de la guerra fría sin disparos y sin misiles nucleares, todo en gran medida gracias a las decisiones de Mijaíl Gorvachov que veía que por ese camino su patria acabaría destruida. Un hombre, bajo mi punto de vista, que no ha sido valorado suficientemente ni por sus compatriotas ni por el resto del mundo como se hubiera merecido, por lidiar con una situación tan complicada y salir del paso sin crear un apocalípsis, cosa que otros dirigentes, de ambos bandos, casi estaban deseando. No obstante muchos compatriotas le echan en cara ser el artífice del final de una gran nación donde no había riqueza pero tampoco desigualdad y la sanidad y la educación eran universales y gratuitas, pero esto ya es otra historia que no tiene nada que ver con los besos.

BESO ENTRE GORVACHOV Y HONECKER EN 1987.

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